A pesar del interés que despierta, la seguridad en entornos Cloud Computing no supone una revolución, sino más bien una evolución de cómo se trata este tema actualmente en las diferentes modalidades de externalización del servicio ya existentes, como puede ser el outsourcing.
Analicemos brevemente las características de un entorno “Cloud”. No se trata de una nueva tecnología, sino de un nuevo modelo de prestación de servicios que persigue un rápido aprovisionamiento de recursos mediante unas potentes capacidades tecnológicas y una gestión del servicio madura.
CloudComputing es el resultado de la evolución de otros modelos ya consolidados como virtualización, grid computing, autonomic computing, on demand, SOA y el concepto de 'software como servicio'. Bajo este modelo, el usuario se conecta de forma transparente a una enorme red de ordenadores que, en algunas ocasiones, están dispersos geográficamente.
Existen básicamente dos modelos de prestación de este servicio: modelo basado en Clouds Públicos (que son proporcionados por un proveedor externo) o en Clouds Privados (implantados a nivel interno dentro de la propia empresa).
Como en cualquier otra situación, la seguridad y la continuidad del servicio son aspectos clave. Las empresas no pueden permitirse que su negocio se vea alterado por incidencias de seguridad que supondrían un tremendo coste para la empresa y, sobre todo, provocarían un importante deterioro en la imagen y reputación de la compañía. Según una encuesta reciente, el 33 por ciento de los consumidores encuestados dejarían de ser clientes de la empresa responsable de un incidente de seguridad que les afectase.
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